domingo, 30 de marzo de 2014

Dos extraños entre el frío

Abres los ojos y te arropas un poco más. Piensas que todo ha sido un sueño, un bonito sueño.
Sales de la cama y coges una chaqueta, la que llevabas anoche. Cuando estas bajando a por el desayuno, pasas frente a un espejo, y lo ves. Ves esos puntitos morados por tu cuello, y sabes que no es un sueño.
Pasó de verdad, ayer fuiste feliz. Sonríes, sonríes como una tonta, como un niño pequeño con una piruleta.
Te sientas en la mesa, mientras esperas a que tu café este caliente. Y recuerdas, recuerdas cada minuto del día anterior...

Cualquiera que les viese, vería dos jóvenes riendo, en medio de la calle. Cuando te quieres dar cuenta, están un poco más apartados, donde no hay tanta luz. Ya no comparten sonrisas, ahora son besos. Beben el uno del otro, con pasión, pero sobretodo, con cariño. Poco a poco, se van separando, y él dice una frase que ella nunca olvidará: -Te quiero
Ella no sabe como reaccionar, sus ojos se abren, y  le miran a los ojos, con una sonrisa, dulce, la sonrisa más dulce que os podéis imaginar. Con cariño, sujeta su chaqueta y tira de ella, para besarle, un beso dulce, más dulce que el algodón de azúcar.

La gente de los alrededores no conocen su historia, tampoco lo harán jamás. Pero a los dos jóvenes les da igual. Los dos tienen el corazón acelerado, se quieren, el lo dijo y ella lo demostró.

No hay comentarios:

Publicar un comentario