martes, 7 de mayo de 2013

Las manillas del reloj siguen pasando. Y yo sigo aquí plantada frente del ordenador intentando escribir lo que parece claro en mi cabeza. 

Momentos de estupidez me hicieron perder a la persona a la que he querido como no he querido nunca.

 Le extraño, le necesito. Extraño saber que a las 9:30 voy a darle los buenos días, a desearle un buen día, que se ría de mi y yo finja estar enfadada porque me trata muy mal. Extraño que me llame marmotilla por dedicar gran parte de mi tiempo a dormir. Extraño esperar que el botoncito de su foto en skype se cambie a verde e intentar arreglar mi pelo rojo en los pocos segundos que tengo hasta que responda a la llamada. Extraño que me de los bueno días con un "buenos días preciosa" 

Extraño oír un te quiero.